La lengua que venció a los nazis

Los hijos del inventor del esperanto morirían en un campo de concentración, crepúsculo en el que los presos se enseñarían unos a otros la lengua que inició su padre. Marcados, su apellido, Zamenhof, los precedía. Hitler había nombrado el esperanto en su biblia de muerte, el Mein Kampf. El enemigo era una lengua artificial, planificada, construida, al servicio de ningún Estado. Una utopía nacida en 1887.

Reportaje sobre el esperanto, la lengua franca que no pudo vencer al inglés pero sigue viva. Puedes leerlo aquí: Esperanto, el ‘laboratoria projekto’ al vivanta lingvo.

Publicado en la revista Archiletras.

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