Un error es decir «buenas nalgas» en vez de «buenas noches». Pifiarla es soltar «tengo seiscientos años» si se tienen 16. Equivocarse es responder al dilema ¿Qué hace un ladrón? «¡Ladra!»
Reportaje El error, un tropiezo necesario para aprender español. Publicado en la revista de lengua Archiletras.