Emocionados hasta la última letra

Archiletras.

El vínculo entre las emociones y el lenguaje es bidireccional, un puente que une lo simbólico y lo corpóreo y que relaciona el poema con la hormona, la célula con el Quijote. Las emociones guían la mano en la caricia, empuñan el insulto, revolotean por el tono de la voz, cargan las palabras tabú, persuaden en la retórica. Cristalizan en las altas cotas de la expresión: inventamos nada menos que la lírica para refinarlas. El lenguaje las vehicula, las expresa, las canaliza. Un reportaje para comprender la relación alquímica que tienen las palabras con nuestras emociones.

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